Fiona García Cidón: «Recibí más que di».
Fiona participó del viaje misionero organizado por la Delegación de Misiones de Alcalá de Henares en colaboración con GMHM en el verano de 2023. La información sobre el viaje de este verano en este link. O pregunta en el mail: misiones@obispadoalcala.org
Verdaderamente puedo decir que ha sido un viaje lleno de gracias del Señor. Pensé: «¡Que guay! Voy a poder dar tanto de sabiduría o de lo que tengo a los demás que no tienen mucho allí». Pero, en cambio, recibí más que di, a través de las personas, de las hermanas y de las chicas del grupo.
Dios es bueno y fiel. Soy testigo de su amor después de haberme unido a un viaje misionero sin saber lo que me esperaba. Pero el Señor siempre sabe lo que necesitamos. Él sabía que necesitaba apuntarme e ir a esta aventura y dejar que Él se manifestara a través de otras personas.
En el viaje misionero he aprendido mucho y he notado un cambio radical en mi vida, recientemente, después del viaje. Temo a decirle a Dios no y a las cosas que me ha dicho hacer. Porque recuerdo que no quería ir una semana antes de ir, por puro egoísmo y miedo. El enemigo me robó un momento un día y me mintió sobre el viaje. Después de luchar un rato, Dios en la oración me dijo claramente que yo decido si voy o no voy, pero que mi corazón sería más feo si no voy. En ese momento decidí ir con alegría y ahí empezó la misión. Sé que Dios me pedía ir, solo que me lo dijo de otra forma.
¿Cuáles han sido las gracias de Dios en el viaje (es decir, los regalos que recibí del Señor)?
La paz: Experimenté en varios ratos de oración por la mañana delante de Jesús una gran paz. El Señor me daba la paciencia necesaria para manejar las dificultades de cada día
La misericordia: También experimenté muy fuerte a través de una buena confesión la misericordia de Dios. Experimenté una intimidad profunda, sentí como si Dios estaba literalmente escuchando y que estaba ahí. Me sentí en la presencia de un Dios compasivo, paciente y misericordioso con alegría de haber visto a su hija otra vez. Llevaba seis meses sin confesarme. Por falta de fe pensaba que podía confesar mis pecados en mi corazón a Dios y así me perdonaba y limpiaba, que no hacía falta la confesión. Pero estaba equivocada. Porque en la confesión noté muy fuerte la sanación que Dios me estaba haciendo, limpiando las espinas de mi corazón.
El temor a Dios: Aprendí a nunca más quejarme de las situaciones que no están en mi control, porque sé que aunque sean difíciles las situaciones, confío que hay algo más que puedo crecer en sabiduría y en conocer cómo Dios actúa en esta situación. Verdaderamente, sé que Jesús no me deja sola en situaciones difíciles pues me lo ha revelado en el viaje.
Los apegos: Me quite la cuenta de Instagram, que se estaba empezando a convertir en apego, que luego llevaría a idolatría más adelante si no hacía algo. Pero, por la gracia de Dios, me sentí con libertad y esto me animó a quitarme la app de Instagram y borrarme la cuenta. Empezó cuando me di cuenta en la identidad que tengo yo como hija de Dios y deseo de servirle a Él, con ánimo, sin gastarme tiempo online. También experimente confianza en quien soy con Jesús, mi Dios y el Espíritu Santo. Así me empezó a no darme importancia lo que piensen los demás de mí, digan de mí o cómo me miren, porque yo sé que cuanto más me acerque a Dios en la intimidad, amor y respeto, eso es lo que verdaderamente me llenará y más entenderé a los demás, incluso si me odian. También estuve tres semanas sin pintarme las cejas en el viaje y no me lo esperaba, pero no me sentí menos guapa, ja, ja.
La fe católica: Aprendí que la fe católica es la Iglesia verdadera. Tenía tantas dudas sobre la Iglesia católica y estaba acercándome más a la protestante antes de ir a Ecuador. Preferí confiar en las enseñanzas protestantes. Pero hay cosas que no tienen los protestantes. Los católicos, por ejemplo, tenemos la oportunidad de recibir a Jesús en CUERPO Y ALMA, no solo en espíritu.
Estoy muy agradecida de esta oportunidad que Dios me ha dado para poder recibir tanto. Bendito sea el Señor Dios.
Mil gracias por todas las hermanas que han organizado el viaje. Que Dios os lo pague.
En especial a la Hna. Teresa y a la Hna. Celine.
Un abrazo muy muy fuerte
Fiona García Cidón