Visita a las Misioneras de África con el coro de Virgen de Belén
En Alcalá de Henares tenemos un tesoro misionero escondido en la Residencia de ancianos DomusVi de la Av. Miguel de Unamuno. Allí vive un grupo de Misioneras de Nuestra Señora de África, las llamadas Hermanas Blancas, tras su regreso a España después de muchos años de entrega en África. La que menos tiempo estuvo allí fueron veinticinco años en Malawi, pero otras han llegado a cincuenta y hasta cincuenta y cinco años en África central, Senegal, el Congo, Mauritania…
En la tarde del 17 de mayo de 2023, nos acercamos a su residencia con una sorpresa que sabíamos que les iba a encantar. Llevábamos un grupo de unos veinte niños y adolescentes, en su mayoría de origen africano, que forman el coro de la parroquia Virgen de Belén de Alcalá de Henares. Vestidos con sus túnicas azules y derramando simpatía, después de presentarse y decir sus países de origen, comenzaron a cantar con mucha fuerza y alegría para las Misioneras y para todos los ancianos que quisieron unirse al encuentro.
Nuestro público fue un grupo de más de sesenta ancianos, algunos emocionados hasta las lágrimas, que disfrutaron mucho del rato que pasamos juntos. Por ser mayo, quisimos tener un recuerdo especial a Nuestra Madre, y rezamos un misterio del Rosario dirigido por los mismos niños. Justo esa noche, en esa misma residencia, había fallecido el P. Cipriano, Padre Blanco también con muchos años en África, y pudimos rezar por él. Hubo tiempo después para que los niños pudieran saludar a las Misioneras, conocerlas, hablar con ellas.
Como le explicamos a las Misioneras, este acto quería ser un sencillo homenaje a su labor misionera, porque si estos niños han nacido de familias católicas y han recibido el bautismo al nacer, en buena parte es gracias a su trabajo y su entrega, a tantas sacrificios y peligros como han pasado, ha tanto amor y fe como han regalado.
Al terminar la tarde, Carlos, responsable de las actividades de la residencia, me dijo: «Hermana, ha sido un éxito. A los niños les ha hecho bien estar con los ancianos, a los ancianos se les ha hecho mucho bien, y me habéis hecho bien también a mí». Bendito sea el Señor.
Aunque los aplausos se los llevaron los niños, yo quiero agradecer de todo corazón su labor a Lidia, la directora del coro que, con muchísima entrega, sacando el tiempo y la energía para realizar este servicio de donde no lo tiene, cada miércoles tiene el ensayo con los niños, cada domingo les dirige en la Misa de los niños y en todas las actividades donde la parroquia les necesita. Como además Lidia es una mujer de fe, al tiempo que les enseña a cantar, les educa en lo humano y en lo espiritual.
Si Dios quiere, volveremos pasado el verano, pero antes, ya se lo he avisado, les espero de nuevo en el Rosario Misionero de octubre, donde ya triunfaron el año pasado.