
Testimonio misionero de San Isidro

Ya les contamos que, a comienzos del mes de octubre de 2024, la Delegación de Misiones de la Diócesis de Alcalá se embarcó en una nueva aventura. A petición del párroco de San Isidro, parroquia de la ciudad de Alcalá, abrimos un taller misionero. Se ofreció, de manera particular, al grupo de mujeres que acude a diario a Misa de 10 de la mañana, mujeres mayores con sensibilidad misionera que, como ellas mismas explicaban al resto de los parroquianos, «hemos decidido ayudar a los misioneros con el trabajo de nuestras manos».
Lo tenemos lunes, miércoles y viernes después de la Misa de 10 y hasta las 12 y está abierto a todo quien quiera participar. Con la impagable ayuda de mis voluntarias, vamos trabajando día a día para enseñar a nuestras señoras a hacer rosarios, pulseras… También aprovechamos todo lo que ellas saben hacer: ganchillo, costura…Trabajamos, pero sobre todo hacemos comunidad y rezamos juntas.
El 1 de diciembre de 2024 pusimos nuestro primer mercadillo a la puerta de la parroquia de San Isidro. Las señoras explicaron al término de cada Misa la situación del «Hogar San Óscar Romero», en Trujillo (Perú), que acoge a niños huérfanos, abandonados, víctimas de la trata. Fue emocionante escucharlas decir: «Con nuestro trabajo y con su generosidad, seremos los Reyes Magos de estos niños».
El mercadillo fue todo un éxito. El párroco y los feligreses se volcaron. Días después pudimos entregar el dinero recaudado a Pilar Ladrón, misionera laica de la Diócesis de Alcalá, que volaba a Trujillo días después para pasar las Navidades con los niños de esta casa de la Fundación «Fraternitas sine finibus».
El pasado 23 de febrero de 2025, Pilar Ladrón participó de las Misas de la mañana de la parroquia de San Isidro para dar, al término de las mismas, un breve testimonio sobre su actividad misionera en Perú. Para toda la parroquia fue conmovedor conocer a los niños y adolescentes del «Hogar San Óscar Romero» a través de las fotografías y las historias que les contó Pilar. De una forma especial el testimonio resonó en el corazón de las voluntarias que, en los salones de la parroquia, con paciencia y con mucha ilusión, ya están preparando los objetos para poner el próximo mercadillo.
