Rosario Misionero de Antorchas: más gente que nunca
El domingo 6 de octubre de 2024, a las ocho y media de la tarde, Mons. D. Antonio Prieto Lucena, obispo complutense, daba comienzo al Rosario Misionero de Antorchas, una actividad de la Delegación de Misiones que cada año reúne a un mayor número de fieles. Con salida en la Plaza de las Bernardas de Alcalá, desde un elegante altar preparado por las voluntarias de la Delegación, la imagen de la Virgen de Fátima, a hombros de sus hijos, recorrió las calles del centro de nuestra ciudad, visibilizando la ya cercana Jornada del Domund y realizando el primero de sus objetivos: rezar por las misiones y por los misioneros.
Cada año, la Delegación de Misiones trabaja por dar a este acto una identidad más fuertemente misionera. El año pasado se dio un gran paso con la confección de los estandartes de la Reina de las Misiones; de los santos patronos de las misiones (Santa Teresita y San Francisco Javier); y los beatos Paulina Jaricot y Paolo Manna, fundadores del Domund y de la PUM respectivamente. Este año sea dado un paso más. Finalmente hemos conseguido una cruz misionera que abra la procesión, de madera simple y ruda, muy parecida a aquellas que portaban los misioneros españoles en la evangelización de América, y las que veíamos en España en las misiones populares.
Este Rosario reunió para rezar y cantar juntos a las distintas comunidades étnicas de la Diócesis de Alcalá: comunidad africana, ucraniana e iberoamericana, junto a realidades misioneras tan diversas como la Fraternidad Verbum Dei, la Obra Misionera Ekumene y «Ocasha cristianos con el Sur», entre otros. Contábamos además con la ayuda en la organización y orden del cortejo de la Hermandad del Santísimo Cristo Atado a la Columna, a la que agradecemos de corazón su generosa colaboración.
Junto al actual obispo complutense, se reunieron Mons. D. Juan Antonio Reig Pla, obispo emérito complutense, varios sacerdotes de la Diócesis y cerca de cuatrocientas personas. Además, como en años anteriores, contábamos con la colaboración de la Escuela Diocesana de Evangelización. Mientras que nosotros caminábamos sembrando de Ave Marías las calles de nuestra ciudad, los evangelizadores de la Escuela anunciaban a todos aquellos con los que nos encontrábamos el amor que nos tienen el Señor y su Santísima Madre. Ayudábamos así a cumplir el sueño de Mons. Prieto, de tener «una Diócesis en estado de misión».
El Rosario terminó regresando a la plaza de las Bernardas donde nuestro obispo nos dirigió unas breves palabras invitándonos a rezar juntos la oración del Domund de este año, que tiene por lema: «Id e invitad a todos al banquete».