Rosario Misionero de Antorchas: las anécdotas
El pasado sábado, 14 de octubre de 2023, una semana antes del Domund, tuvimos un Rosario Misionero de Antorchas por las calles de Alcalá de Henares. La primera alegría de la noche fue ver cómo, en la plaza de las Bernardas, se reunía un nutrido grupo de personas que acudían a rezar por la misión y por los misioneros. El Rosario Misionero de Antorchas en una actividad de la Delegación de Misiones de Alcalá que se va consolidando año tras año en el calendario diocesano. Este año contábamos además con la presencia de D. José María Calderón, director nacional de OMP, junto con otros sacerdotes.
Nuestro obispo, Mons. D. Antonio Prieto, va descubriendo con alegría la diócesis viva con la que el Señor le ha desposado. El problema es que las citas se multiplican y los compromisos se solapan sin poder, tantas veces, atenderlos a todos. Esa mañana, D. Antonio madrugó y se fue en tren hasta Monserrat para acompañar la peregrinación de la Delegación de Infancia y Juventud. De regreso, quería participar también del Rosario, pero no llegaba a tiempo de su inicio a las 20:30 pm. Por eso, delegó en Mons. D. Juan Antonio Reig Pla, nuestro obispo emérito tan querido por todos, la bendición de los nuevos estandartes de la Delegación de Misiones. Confeccionados por voluntarios de la Delegación, los estandartes muestran las imágenes de Santa María Reina de las Misiones; Sta. Teresita, patrona de las Misiones; S. Francisco Javier, patrono de las Misiones. Y, además, los dos fundadores de las Obras Misionales Pontificias ya beatificados: Paulina Jaricot, fundadora del Domund; y Paolo Manna, fundador de la Pontificia Unión Misional.
Unos días antes del Rosario, el Hermano Mayor de la Hermandad del Cristo de la Columna y María Santísima de las Lágrimas y del Consuelo, con sede en el Convento Carmelitas Descalzas «de la Imagen», se acercó a visitarnos con el capataz de la Hermandad para ponerse a nuestra disposición en lo que pudieran ayudarnos. Su experiencia nos va a ayudar a mejorar la organización del Rosario, pero, más allá de la eficacia organizativa, el vínculo de caridad que se ha establecido entre nosotros va a ser muy bendecido por el Señor.
El Rosario recorrió las calles del centro de la ciudad. Rezaban los misterios y animaban con sus canciones las distintas asociaciones misioneras de nuestra diócesis: Verbum Dei, Ocasha, Ekumene… junto a la comunidad ucraniana, la comunidad nigeriana y los niños del coro de la parroquia Virgen de Belén.
La imagen de la Virgen que presidía la procesión es la Virgen de Fátima de las Carmelitas de la Imagen. La historia de esta imagen llena otro artículo, así que, para no alargar este, ya hablaremos de la talla. Lo que sí que es necesario decir es que al paso de la Virgen, nadie quedaba indiferente en la concurrida calle Mayor. Algunos se hacían los «duros» para disimular el impacto, otros se levantaban desde sus mesas en las terrazas con gesto de respeto, otros se santiguaban, otros se emocionaban, otros se hacían mil preguntas… Pero ahí estaban los evangelizadores de la Escuela Diocesana de Evangelización para acudir a las necesidades espirituales de unos y otros. Hubo anécdotas preciosas esa noche, desde el rockero que se tuvo que retirar para que no le vieran llorar, al grupo de jóvenes que rezó su primer Ave María… Cada vez que Nuestra Madre sale a la calle, el demonio tiembla, porque no puede evitar que su presencia haga que muchos corazones se vuelvan a Dios.
La anécdota de las anécdotas llegó casi al final del recorrido. La policía no llegó a tiempo de parar el tráfico en el tramo final. Al salir por calle La Imagen a la calle Santiago, la persona que guiaba el Rosario decidió meterse por la acera para evitar los coches, pero los árboles dificultaban el paso de los estandartes y el paso de las andas iba a ser todavía más complicado. Salimos corriendo para cortar el tráfico, cuando descubrimos que ya estaba cortado. Mons. D. Antonio Prieto, recién llegado de Barcelona, había salido al encuentro de la procesión. Al encontrarse con la situación descrita, salió al paso con decisión. Con la ayuda de una religiosa y la importante colaboración de una empelada municipal del servicio de limpieza que colocó su carro cerrando la bocacalle más transitada, la procesión pudo llegar felizmente a término. Por aquí hemos cambiado el dicho de «el que ha sido cocinero antes que fraile, lo que pasa en la cocina bien sabe», por esta otra: «El que ha sido costalero antes que obispo, lo que pasa en las procesiones bien sabe». Es decir, que la experiencia ayuda a hacer las cosas con acierto y a prever lo que puede ocurrir. El caso es que D. Antonio salvó el final de la procesión. Y nosotros rezamos para que el Señor le conceda el mismo acierto y fortaleza de ánimo en cada batalla que deba enfrentar en su servicio a la Iglesia.
Llegados, finalmente, a la plaza de las Bernardas, D. Antonio nos dirigió unas breves palabras, agradeció a todos su colaboración para el buen resultado del Rosario, rezamos juntos la oración del Domund y nos bendijo.
Eso vimos en la tierra, pero, al mismo tiempo, en el Cielo, la Reina de las Misiones, depositó nuestras oraciones en favor de la misión del Redentor ante el trono del Altísimo, y se unió a nuestra súplica para que los misioneros puedan, en el nombre del Señor, arrancar la pobreza espiritual de tantos corazones que buscan a Dios, para que el Señor pueda bendecir el mundo con el don de la paz.
Les dejamos con el vídeo resumen del Rosario Misionero de Antorchas 2023.