
Misa de envío de Chema y Mª Ángeles

El lunes 23 de junio de 2025, en la víspera de la Natividad de san Juan Bautista, la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Torrejón de Ardoz, se llenó de fieles que no podían disimular su emoción. El acontecimiento que los reunía era la Misa de envío misionero de dos de sus feligreses más comprometidos: Mª Ángeles Valios y José María Sainz, laicos pertenecientes a OCASHA-Laicado Misionero. Presidía la celebración nuestro obispo, Mons. D. Antonio Prieto Lucena. Junto a él, estaba Mons. D. Ángel Román, hasta hace poco párroco de estos misioneros y hoy obispo de Albacete.
Mª Ángeles y Chema fueron enviados como misioneros de nuestra Diócesis de Alcalá a la Diócesis de San Juan de la Maguana en la República Dominicana. Dejan aquí a sus hijos, ya independientes; dejan una comunidad parroquial con la que llevan años trabajando y donde son muy queridos por su entrega y compromiso; dejan una vida con todas las facilidades de una gran ciudad española, para ponerse al servicio de la labor de evangelización de la Iglesia, en una zona muy pobre y rural, a cuatro horas del hospital más cercano. Un lugar donde no hay más electricidad que la producida por algunos paneles solares. Allí asumirán la dirección de un internado donde 75 niños y niñas pueden estudiar y recibir una formación humana y espiritual. Se integrarán además en el equipo pastoral que atiende las distintas comunidades diseminadas por la montaña que hace frontera con Haití.

Añadía emoción a la celebración la presencia de D. Ángel Román, hasta hace apenas cuarenta días párroco de esta comunidad. El obispo de Alcalá le cedió la palabra a la hora de predicar. D. Ángel habló como acostumbra, sin papeles y con el corazón en la mano. Con mucha fuerza serenó el corazón de los misioneros ante posibles inquietudes: «Vuestra vocación es de Dios. Esta llamada que habéis experimentado es de Dios. Y os lo confirma hoy la palabra de Dios, no una ni dos, sino tres veces».
En efecto, con simpatía, D. Ángel explicó que había tomado la primera lectura del día —lunes de la XII semana del tiempo ordinario— para meditarla y hacer de ella la base de su predicación. Era perfecta: «El Señor dijo a Abrán: “Sal de tu tierra”» (Gen 12, 1). Pero se dio cuenta de que el 23 de junio es víspera de la solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista, así que buscó las lecturas de la fiesta. También hablaba de acogida de una llamada: «El Señor me llamó desde el vientre materno y pronunció mi nombre» (Is 49, 1). Le avisaron a tiempo de que era Misa de la vigilia de la solemnidad y que tenía lecturas propias. Buscó el tercer texto. El Señor confirmaba una vez más: «Antes de formarte en el vientre, te elegí» (Jer 1, 4-10). Ciertamente, la llamada que Mª Ángeles y Chema han recibido es de Dios. Lo confirma la Iglesia diocesana que les envía. Lo ratifica el Señor con su palabra.
Al término de la Santa Misa, la comunidad parroquial les entregó dos regalos: una cruz para poner en su nueva casa en la República Dominicana y un cuaderno, para que tomen nota de todo lo que vivan y puedan después contarlo a través del periódico de la parroquia «La Buena Noticia».











