Agradecimiento e invitación de D. Carlos Moratilla
El P. Carlos Moratilla es un misionero de la Orden de los Somascos que lleva 15 años como misionero en Mozambique. Aunque nació en Madrid, pasó su infancia en Brea de Tajo y mantiene un vínculo de amistad precioso con la Delegación de Misiones de Alcalá de Henares. Hace un tiempo nos envió estas líneas para que conociéramos un poco mejor su actividad en la misión.
Me llamo Carlos Moratilla, natural de Madrid, pero pasé mi infancia y parte de mi adolescencia en Brea de Tajo, un pequeño pueblo de Diócesis de Alcalá que limita con las provincias de Cuenca y Guadalajara. En este sentido, y puede ser que en otros, es un «pueblo de frontera».
Pertenezco desde hace 35 años a los Padres Somascos (el nombre oficial completo es «Orden de los Clérigos Regulares Somascos»), una orden italiana, fundada por S. Jerónimo Emiliani, patrón universal de los Huérfanos y de la Juventud Abandonada, en el tiempo histórico llamado de la Reforma, siglo XVI. Llevo en Mozamique casi quince años, los tres primeros a las afueras de la ciudad de Beira, considerada como la segunda ciudad del país, a 1.200 Km de la capital, Maputo, donde me encuentro ahora desde finales de agosto del año 2022, cuando tuvimos que cerrar la obra de Beira por falta de personal religioso. Aquí estoy como formador de dos seminaristas y ayudando en la parroquia «Nossa Senhora do Rosário» o «Virgen del Rosario», como solemos decir en España. Está ubicada en uno de los barrios de la periferia del «grande» Maputo, llamado Laulane, al lado del Vertedero Municipal. Esta parroquia fue confiada a los Padres Somascos hace cerca de ocho años. De momento resido con el párroco y otro religioso llegado hace dos semanas.
Mi colaboración en la parroquia es principalmente sacramental: Eucaristías y confesiones (que vienen a pedir en cualquier momento del día). También matrimonios. Los bautismos son, en su mayoría, de adultos, aunque también de jóvenes y adolescentes. En esta Pascua cerca de cincuenta, unos 25 durante la Vigilia y otros 25 en la Misa de Resurrección. También alguna unción y algunos funerales, aunque en esto último están muy presente los laicos, lo mismo que para llevar la comunión a los enfermos. Es una Iglesia, en general toda la Iglesia de Mozambique, eminentemente misionera y ministerial, muy organizada en «ministerios», algunos de ellos con sus grupos, todos con sus responsables, que suelen ser laicos, con sus encuentros de formación, periódicos o esporádicos. Algunos ejemplos de ministerios y grupos:
– Ministerio caritativo-social: grupos de Caritas; ministerio de esperanza (son los que toman cuenta de lo que tiene que ver con la «pastoral de difuntos»); ministerio de la comunicación…
– Ministerio de la liturgia: grupos de lectores, acólitos, coro, danzarines… Ministros extraordinarios de la Comunión, que ayudan a distribuir la Comunión durante la Eucaristía y llevan la comunión a los enfermos, generalmente los domingos después de la 1º Misa, algunos a un enfermo otros a tres, cuatro o cinco.
– Ministerio de las finanzas: grupos de finanzas o economía, diezmo, patrimonio.
A su vez la parroquia está dividida en cuatro zonas, con un total de 22 núcleos. Cada núcleo lo componen alrededor de 20 familias que se reúnen todos los miércoles, por la tarde para hablar y rezar (y organizar lo que corresponda). Evidentemente exista también el «Ministerio de los núcleos».
En lo que respecta a nuestros seminaristas, residen hasta ahora en la casa parroquial. Debido a las dimensiones de esta, hemos tenido que habilitar una sala, que se usaba como almacén, para su dormitorio, y construir un nuevo cuarto de baño completo. Para esto hemos recibido una pequeña ayuda, que agradecemos enormemente, de la Delegación de Misiones de Alcalá.
Para la formación tienen que cursar estudios en alguna institución de la Iglesia Diocesana (Seminario propedéutico) o de los Religiosos (Instituto Superior que ofrece un curso para postulantes). Esto se complementa con la formación más específica o carismática de la Congragación (u Orden) en la Casa de Formación, actividades pastorales en la parroquia, o fuera de ella. Por ejemplo, los sábados —en semanas alternativas— colaboramos con la «Casa Mateo 25», que ofrece Misa, breve catequesis y cena a transeúntes, y «Prefiero el Paraíso» con niños que viven al lado del Vertedero Municipal. Con ellos se tiene un tiempo de cantos, bailes, catequesis, oración (donde está fijo rezar 10 Ave Marías). Se termina con algo de merienda.
Otras actividades pastorales que llevo a cabo son: celebraciones de la Eucaristía o algún pequeño retiro en alguna casa religiosa. Fijo es todas las semanas —lunes y/o martes— en la «Casa de la Alegría», de las Misioneras de la Caridad, religiosas fundadas por Sta. Teresa de Calcuta. También algunas actividades con los jóvenes de la parroquia o arciprestazgo: son fijas dos peregrinaciones al año, una en Cuaresma con el arciprestazgo, que termina con confesiones y Misa. Unos 20 Km con varias paradas donde alguno de los grupos parroquiales comparte una reflexión (normalmente en forma de poema o teatro). Hay otra peregrinación al Santuario de la Virgen de Fátima de Namaacha, a unos 80 Km de Maputo, en la frontera con Sudáfrica. Es el fin de semana más cerca de la Virgen de Fátima.
Quiero terminar agradeciendo las oraciones y apoyo de muchos modos recibido e invitar a sentir ese ardor misionero que nos lleva a vivir y a compartir nuestra fe con los que están cerca o lejos.
Un abrazo y no se cansen de rezar. Su oración, aunque no lo vean, hace mucho.
P. Carlos Moratilla