Misioneros de Alcalá: P. Alberto, evangelizando entre los mayas.

Misioneros de Alcalá: P. Alberto, evangelizando entre los mayas.

Este domingo celebraremos la Jornada Mundial de las Misiones, que en España conocemos como el Domund. Y es un buen momento para recordar a los misioneros que salieron de nuestra diócesis de Alcalá de Henares para entregar su vida al servicio de la evangelización misionera. Les presento hoy al P. Alberto Izquierdo, LC, misionero desde hace diecisiete años en México. La primera intuición acerca de su vocación la recibió sirviendo como monaguillo en su parroquia de Nuestra Señora de Loreto, en Ciudad del Aire (Alcalá de Henares).


El P. Alberto recuerda, todavía con emoción, la primera vez que el Señor le invitó a ser sacerdote. Era un niño de solo nueve o diez años: «Hace 41 años, mientras era monaguillo y llevaba las vinajeras al altar, me vino a la mente un pensamiento que poco después cambiaría mi vida: “Tú puedes ser sacerdote como don Javier”. Don Javier Martín era el párroco, en aquel entones, en la Parroquia de Nuestra Señora de Loreto, en Ciudad del Aire (Alcalá de Henares). Todavía está fresco en mi memoria el recuerdo del lugar y de la emoción profunda que sentí al formular este primer deseo de llegar a ser un día sacerdote. Nadie me había hablado del sacerdocio o del seminario, pero el buen testimonio de nuestro párroco seguramente había calado en mi conciencia de niño». Como niño que era, pronto dejó de lado esa idea. El Señor espero un tiempo antes de invitarle de nuevo. Finalmente, el 24 de diciembre de 2005 fue ordenado sacerdote.

Tras la ordenación, llegó su vocación misionera. Diecisiete años en México. Allí, la experiencia que le marcó con más profundidad fue el tiempo pasado en el estado de Quintana Roo, en la prelatura de Cancún-Chetumal confiada a los Legionarios de Cristo: «Uno de los regalos más grandes que Dios me ha concedido es haber vivido cinco meses en la población de Felipe Carrillo Puerto y, desde allí, colaborar en la atención pastoral de las comunidades mayas que están alrededor. Son cerca de cuarenta comunidades».
Cada verano, el P. Alberto vuelve a Quintana Roo con jóvenes universitarios. Nos explica: «La diócesis de Alcalá de Henares se ha hecho presente en estas comunidades mediante los apostolados que la Delegación de Misiones realiza, en especial la producción de rosarios, pues estas personas han sido cada año las destinatarias principales de los rosarios misioneros que con tanta generosidad han enviado conmigo a estas tierras. Hablando de los rosarios, me impresiona cómo la gente los agradece y les gusta… Están realizando un apostolado maravilloso».

El P. Alberto se despide diciendo: «Agradezco de corazón todo el apoyo que recibo de tantas personas, en particular el ánimo, las oraciones y la ayuda que la Delegación de Misiones de Alcalá me regalan. Sigamos muy unidos en el propósito de llevar el Evangelio y la caridad de Jesús a muchos corazones. De verdad que vale la pena y vale la vida. Sin dudarlo, que volvería a seguir el camino de la vocación si volviera ahora a nacer. Es un regalo y soy feliz como sacerdote. Recen por mí y yo rezaré por ustedes».

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